Instagrameando: un minianálisis

Casi sin avisar, Instagram llegó hace poco a Android, y si esto no hizo suficiente ruido, enseguida llegó tito Facebook y se la llevó puesta por mil milloncetes de nada.

Con todo ese morbillo en marcha, tenía ganas de saber qué le ha dado esta aplicación al mundo para haberse convertido en la red social fotográfica con más éxito de los últimos tiempos.

Nada más empezar con ella, ya descubrí algo que tocó mi corazoncito: el formato cuadrado, mi favorito como fotógrafo, especialmente desde que lo disfruto en mi modesta cámara de 6×6.

Aunque la aplicación permite importar fotografías ya realizadas (o mandárselas desde cualquier aplicación, una característica de Android muy práctica para estos menesteres), la proporción de las capturas hace aconsejable utilizar la cámara integrada en el porgrama, para poder componer la imagen tal y como será capturada.

Si, en cambio, no le tenemos miedo a encuadrar a posterior, y queremos tener la capacidad de hacer recortes (ya sabéis, es la palabra de moda ;)), recomiendo hacer todo lo contrario: utilizar la cámara por defecto de nuestro móvil, y luego enviar la fotografía a Instagram. Así podremos colocar nuestro cuadrado en cualquier parte de la imagen.

Como siempre, habrá que tener cuidado si recortamos demasiado, porque empezarán a aparecer artefactos extraños en la imagen que se llevan muy mal con los filtros (recordar que aquí no hay RAW que valga, y la cámara del móvil seguramente guarde los JPGs con niveles bastante altos de compresión).

Con respecto al resto de características, después de haber utilizado decenas de aplicaciones de fotografía para el móvil, no esperaba mucho de ésta: el número de filtros es bastante limitado, y sus capacidades como red social no te convierten per se en mejor fotógrafo, así que… ¿por qué utilizarlo?

Su buque insignia son la efectividad y calidad de sus filtros: son muy pocos y no tienen opción ninguna de personalización, pero están perfectamente diseñados.

Diariamente uso aplicaciones Android mucho más potentes como Pixlr-o-matic, Vignette o Camera Zoom FX, y mi experiencia es que su enorme cantidad de opciones (especialmente la primera, si descargamos todos los paquetes de efectos opcionales) no se reflejan fácilmente en mejores resultados: tenemos mucho donde tocar, pero tendremos que hacerlo muy bien para ser tan efectivo como los «un click» de Instagram.

Un detalle que me encanta del formato cuadrado permite tomar las fotografías indistintamente con el móvil en horizontal y vertical (obvio, por otra parte). Así, aunque a algunos os parezca una tontería, tener el móvil en formato apaisado hace que muchas personas den por hecho que no estamos haciendo fotos y nos faciliten nuestro trabajo: no es nada que no pudiésemos hacer antes, pero curiosamente, ahora es más natural :)

Mención especial tiene lo que han venido a llamar el filtro Lux, un autocorrector de fotos que según mi experiencia parece hacer hincapié en mejorar el rango dinámico y el microcontraste, algo en lo que las cámaras móviles y sus minúsculos sensores no destacan precisamente.

Aunque a veces lo hace de una manera algo exagerada, para mí este «no-filtro» (se aplica independientemente del resto, con un botón específico) es el auténtico filtro estrella de Instagram, y lo que lo aleja de la competencia.

Al fin y al cabo, cuando estamos haciendo y subiendo fotos sobre la marcha no queremos distracciones, y ahí es donde un botón «todo en uno» juega un papel muy interesante, tanto como la capacidad de subir a las principales redes sociales sólo con activar un checkbox.

Como ejemplo de las capacidades de edición, ahí van tres capturas: la original, la misma con el «Lux» activado, y finalmente tras aplicar el filtro «Earlybird» con su correspondiente marco:

Con respecto a sus capacidades sociales, aplicaría la misma frase que al resto: ninguna innovación, pero mucho buen hacer. Desde la propia aplicación veremos las imágenes de nuestros amigos, comentaremos y repartiremos «megustas» a tutiplén, aunque tengo que reconocer que me ha sorprendido (y no precisamente de manera favorable) la ausencia de un interfaz web estándar para hacer todo esto, problema que se ve más que compensado por su completa API y el buen soporte de su comunidad de usuarios.

Y, precisamente, aquí llega mi pregunta: después de varias pruebas, estoy usando Followgram para mostrar mi galería y Statigram para ver y comentar las de los demás. ¿Cuáles usáis vosotros?

Por cierto, para los que pensaban que se acabaría el mundo con el desembarco Android, os dejo una noticia de hoy: en la última semana, ha pasado de 30 a 40 millones de usuarios. ¡Criaturitas!

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