megalomanos

Alejandro MagnoAyer ví en el cine «Alejandro Magno». En la película (tranquilos, esto no es una crítica de cine), se glorifica su figura, y se nos da a entender que su megalomanía hizo un mundo mejor.

Creo que no destriparé nada importante de la película: mis divagaciones van por otros derroteros. Pero, eres libre de no pulsar el botón de «Leer más» si no quieres arriesgarte.

Partiendo de un total desconocimiento de la historia, y según la versión que nos muestra Oliver Stone, creo entender que el ánimo de superación personal de Alejandro fue el verdadero motor de sus hazañas militares. Todos necesitamos una motivación, y querer compararse a los dioses no es precisamente mala, pero.. ¿se merecía el mundo eso? No niego que fuese un lider más sensato y con mejores principios que otros megalómanos de su época, pero imaginémonos que somos uno de esos extras de la película:

Eres un tiste campesino de una recóndita región de Asia, que subsiste como puede a base de lo que puedes cosechar. De repente te enteras de que viene un ejército de un país al que no tienes el gusto de conocer, que ha decidido que puede darte una forma de vida mejor que la tuya. El resultado es que todo el mundo que has conseguido formar a tu alrededor, después de una dura vida de trabajo, se desmorona y se convierte en un campo de batalla donde mueren miles de tus paisanos, defendiendo una forma de vida que no saben si es mejor o peor que la que quieren imponerle.

Tras muchos años, se consigue la paz y la estabilidad, bajo un nuevo mandato, pero sólo para que todo vuelva a ser para tí igual que antes, con la excepción de que ahora vives en la más absoluta de las pobrezas, porque tus cultivos sirven de cementerio para amigos y desconocidos.

Duro, ¿no? Mi perversa mente calenturienta no puede evitar pensar en esos mismos campesinos babilonios, muchísimos años de evolución después, cuando un ejército liberador decide que su corrupto mundo merece hundirse para resurgir de las cenizas. Trabajando más aún, esa misma mente calenturienta empieza a ver al líder detrás de ese ejército, y si el señor Michael Moore y mi sentido común no se equivocan demasiado, veo también una mezcla de intereses personales y de un infantil deseo de pasar a los libros de historia detrás de la lucha por la imposición de la democracia (si, yo también pensaba que esas dos palabras no deberían verse en un mismo párrafo).

Alejandro el Grande cambió el mundo en un mandato de muy pocos años. Los colegios sólo nos enseñan una parte de su historia, casi siempre sin hacernos razonar demasiado sobre lo que realmente implicaron sus decisones. Espero que los libros de texto les enseñen a nuestros descendientes que, gracias a las decisiones de una persona, los secretos de Babilonia se perdieron en bombardeos y saqueos sin sentido, o que el medio ambiente se deterioró irremediablemente porque un gran país no quiso firmar en Kyoto un papel que el resto del mundo civilizado si firmó.

Quizá cuando sea más viejo vea en el cine la película «George el Tejano». Sólo espero que sea suficientemente realista, para que mis nietos puedan juzgarle con más datos que yo.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
A %d blogueros les gusta esto: