Equivocándome
Equivocándome es una paja mental como otra cualquiera, pero también un proyecto fotográfico al que tengo la intención de darle continuidad
Hacía años que veo cómo fotógrafos y blogueros hacen sesudas series de autorretratos, a veces con disciplinas férreas, tomándose una foto a la misma hora todos los días, cambiando de tema en tema cada una de ellas, buscando un hilo conductor para el conjunto, o vete-tú-a-saber-qué, mientras yo lo sufro en silencio haciendo fotos a las piedras.
Como yo soy más bien vago para todo esto, he decidido dejar que sea el azar el tome el control, dejándolo todo en mano del Cerberus: un software de seguridad que hace una foto con la cámara frontal de mi móvil cada vez que algún malvado prueba un código incorrecto. Como a los chorizos no les ha dado de momento por robarme el móvil, hasta ahora ese incauto siempre he sido yo, siempre dentro de mi habitual estado de empanamiento mental y gracias a mi mítica habilidad para colocar los dedos en la posición incorrecta
Siempre he sido más de robados que de retratos, y por fin creo que he encontrado una forma de ser la víctima sin tener que recurrir a esta disciplina, que nunca se ha llevado bien conmigo. A ver a dónde me lleva esta nueva pérdida de tiempo…