ensalada de manzana agridulce

manzana podridaHace ya casi una semana que tengo mi Macbook Pro. Tenía unas ganas horrorosas de pasarme a Mac, no porque me lleve especialmente mal con Windows o con Linux, que profesionalmente me da de comer, y en casa se van alternando según me de la gana, sino porque quería intentar tener un sistema operativo tan bonito y estable como un Linux con Beryl (aunque, si es posible, algo más usable), con tantas aplicaciones para fotografía como Windows, y que me permitiera dejar de ser informático al cruzar la puerta del trabajo. Después de una semanita, creo que me voy haciendo a la idea de si lo he conseguido o no ;)

El comienzo, una vez pasado el ratito inicial de cacharreo, no podía ser más horroroso: primero, no conseguí que el bicho se conectara a mi red WEP, por un bug que se supone que se había arreglado hace meses, que me obligó a reconfigurar la red de casa a WPA, cosa que mi Fonera trucada no lleva demasiado bien. Después, sufrí justo lo que intentaba evitar con Mac: tres kernel panics (que básicamente son como la pantalla azul de Windows, pero sin dato alguno para saber por qué ha ocurrido) seguidos en la primera noche con un sistema operativo le quitan a cualquiera las ganas de seguir usándolo. Tardé una tarde completa más en averiguar que el error era de unos drivers corruptos del Airport (el componente que aglutina toda la funcionalidad inalámbrica del bicho, incluyendo Bluetooth y WIFI), y después de horas y horas de pelea, acabé resignándome a crear una segunda red inalámbrica sin encriptación ninguna, con acceso limitado por MAC sólo para mi Mac (valga la rebuznancia). La primera en la frente. :(

Casualmente, lo siguiente que hice también falló, y fue tan simple como conectar mi disco duro USB al bicho. Mi querido MacOS X, el paradigma del plug’n’play, ni se inmutó, y me tocó de nuevo pelearme. Resulta que estos dos bugs, que me han ocurrido básicamente con las dos primeras cosas útiles que he querido hacer con el portátil, han aparecido con la última actualización del SO, y Apple no ha dicho ni mú, pese a que ha sacado alguna revisión posterior. El caso del Airport es aún más flagrante, porque lleva más de un año pasando, y cada revisión del sistema no ha hecho sino empeorarlo. Al final me ha tocado revisar logs desde la ventana de terminal, sobreescribir ficheros del sistema con versiones de liberarías antiguas, y cosillas similares que desde luego no entran en absoluto con el perfil del usuario de Mac estándar, al que le recomendaría encarecidamente nunca actualizar el sistema si no le es estrictamente imprescindible. :M

Una vez pasado el primer bache, tengo que decir que me encanta el sistema: Es realmente intuitivo (el doble que cualquier otro que haya usado, y la mitad de lo que los maqueros empedernidos venden), rápido como una bala (aunque desde luego al MBP le sobra potencia), y muy coherente (la mayoría de las aplicaciones usan los mismos atajos de teclado, y mantienen la misma apariencia). Es una lástima que la torpeza de Apple a la hora de desarrollar Mac OS (quizá debida últimamente a su fuga de técnicos para el desarrollo del iPhone) les haga cometer los mismos errores de los que se ríen en su publicidad de PC vs. Mac.

Ahora me pongo a pensar en qué haría un usuario «estándar» si se encontrase con los mismos problemas que yo. Llamar al teléfono de soporte creo que sería bastante inútil, ya que (por lo que he leído) dan las mismas respuestas estandarizadas y protocolizadas que uno puede esperar de cualquier atención telefónica; así que, lo más seguro es que habrían acabado devolviendo el portátil en los 15 días de prueba, y pidiendo otro, para encontrarse con los mismos problemas un mes después. Yo me alegro de no haber recurrido a eso porque, aunque quizá habría arreglado mis problemas con el wifi (sólo ocurre con determinados modelos de Airport), quizá me habría hecho arriesgarme a recibir una de las muchas pantallas defectuosas, el talón de aquiles del hardware portátil maquero actual. Afortunadamente puedo decir que me encanta la pantalla LED de mi portátil.

Hasta aquí han llegado mis primeras impresiones del portátil. Quería escribir esto ahora para desmitificar un poco el halo de perfección que envuelve a Apple. Seguramente, la siguiente vez que hable del tema será para decir lo contento que estoy con él. Hoy, por ejemplo, he utilizado iSync e iCal para pasar la agenda de mi antiguo móvil al nuevo, y para sincronizar todos los calendarios con Google Calendar. Todo ha salido a la primera, perfectamente, y usando sólo software que trae el sistema. Dudo que ningún otro fabricante pueda competir con mi amigo Mac en eso. Lástima que la reluciente manzana a veces tenga bichos por la parte de atrás.

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