curso de ética periodística (II)
Esta bonita imagen escogió la edición impresa Metro Directo para contarnos que el Vaticano había decidido no permitir curas homosexuales. Viendo la foto, desde luego, uno piensa que la realidad es justo al contrario, y que la ceremonia de ordenación incluye un proceso de limpieza de bajos completo a los inmediatos superiores en el escalafón eclesiástico
Viendo la noticia tal y como apareció en la edición digital, descubrimos que la foto era, además, un recorte de una un poco más grande, quedándose sólo con la parte más morbosilla del asunto.
Como bien decía mi amigo Nacho, lo suyo habría sido tirarse ya a la piscina y poner un titular como «¡A chuparla!», con un bonito subtítulo del estilo de «Los obispos les dicen a los curas gay que pueden irse a tomar por culo», pero supongo que eso habría sido demasiado explícito
De todas, formas, me hace gracia eso de que «si una persona descubre su homosexualidad tras la ordenación puede seguir en la Iglesia »e intentar vivir en castidad»«. Desde luego, se lo pone fácil a los seminaristas homosexuales: sólo tienen que salir del armario diez minutos después de que la ordenación, y todo será igual que antes. Eso le pasa al Vaticano por intentar ser homófobo sin serlo, pero yo no voy a ser el que intente buscar lógica dentro la religión, igual que no merece la pena buscar la honradez en la política o la pocedencia de la carne en una hamburguesa de McDonald’s