Análisis del T-Mobile G1

La semana pasada me llegó por fin mi nuevo móvil, un T-Mobile G1, popularmente conocido como G-Phone:

T-Mobile G1

Alejándome un poco del tema fotográfico del blog, os cuento algunas impresiones después de una semana de cacharreo intensivo :) Para los que no lo conozcáis, el teléfono es un HTC (su nombre oficial era HTC Dream antes de que T-Mobile se quedara con la exclusiva) con sistema operativo Android, creado por Google y basado en un kernel Linux. El cacharro El teléfono ha salido en 3 colores: negro, blanco y bronce. El primero es el más común, y es la versión más fácil de encontrar. El segundo es el color oficial con el que salió en Inglaterra, aunque desde hace poco también se vende en Estados Unidos (estos dos son, por cierto, los únicos mercados «oficiales» a día de hoy). El tercero es un color un poco distinto que ha tenido menos salida, y que, casualmente, es el que tengo yo ;) El móvil tiene un tamaño grandecito sin entrar en la definición de «tocho». Comparándolo, por ejemplo, con un HTCs con Windows Mobile de hace uno o dos años, se ve de un tamaño similar, y ligeramente menos, pesado, aunque con el añadido del teclado QUERTY completo que aparece al desplegarlo. Desde luego, no tiene el toque «cool» del iPhone, pero bien es cierto que tiene características distintas: teclado completo, trackball, y 4 botones de acceso directo. T-Mobile G1

La pantalla se gira al sacar el teclado, y vuelve a enderezarse al cerrarlo. El teléfono tiene un sensor de posición que usan algunas aplicaciones, como el Google Maps cuando usamos street view, pero a nivel de sistema operativo la pantalla no se gira sóla. La verdad es que hubiera preferido el estilo iPhone, que gira la pantalla automáticamente, porque muchas veces apetece navegar en horizontal sin usar el teclado, o chatear en vertical, pero uno se acaba acostumbrando y al final el gesto de sacar y meter el teclado sale sólo. De momento no hay teclado virtual, pero Google nos ha prometido que lo tendremos en breve.

La versión bronce tiene un tono gris oscuro metalizado, y desde luego esa descripción le viene mejor que la denominación «marrón» con la que empezó a venderse. El teclado en este caso es blanco, a diferencia de los otros dos colores en los que éste tiene el mismo color que el resto del móvil, y tiene un curioso problema de iluminación: a plena luz del día se maneja perfectamente, en total oscuridad también gracias a la retroiluminación, pero en condiciones intermedias (luz mediana y retroiluminación activada) cuesta bastante leer los carteles en rojo porque se confunden con el fondo de la tecla. Éste es uno de los motivos por los que este color ha triunfado menos.

El único puerto externo que tiene es un miniUSB que se usa para todo: cargar, transferir datos y auriculares. Personalmente me parece una buena idea, aunque tiene bastantes detractores por varios motivos, ya que no se pueden usar auriculares de 3.5″ estándar, y no se puede escuchar música mientras se carga. Buscando un poco por Internet encontramos tanto adaptadores de auriculares simples como otros que además duplican el puerto miniUSB, así que este problema no es demasiado grave.

Con respecto a la carga, funciona perfectamente desde cualquier ordenador con un puerto USB, usando el cable incorporado o cualquier otro cable USB-miniUSB. He tenido problemas con un cargador USB universal, que me dejaba la pantalla del móvil frita mientras cargaba. El problema al final era que este cargador me daba 400mA, mientras que el cargador oficial da 1000mA, así que ahora mismo estoy usando el cargador de pared oficial con un adaptador al formato de enchufe español. El hecho de que sea miniUSB me permite además tener por muy poco dinero un cargador para el coche y varios cables para dejar conectados en cada PC de casa y en el del trabajo.

El entorno

El móvil tarda bastante en arrancar, tanto o más que otros smartphones antiguos como el Nokia N70. Esto puede ser incómodo, y de hecho es claramente un punto en su contra, pero al igual que el iPhone, éste es un teléfono pensado para estar siempre activo, así que la idea es pasar pocas veces por este proceso.

El acceso al móvil se realiza impepinablemente con una cuenta de Gmail, que puede ser estándar (@gmail.com) o de nuestro propio dominio si usamos el servicio Google Apps for Your Domain. La primera vez que usemos el movil, de hecho, nos pedira acceder a nuestra cuenta o crear una nueva, y si no la configuramos no podremos servicios muy importantes del móvil como el mercado de aplicaciones.

Posteriormente no nos pedirá la contraseña de la cuenta, así que cualquiera que acceda al móvil podrá mandar correos en nuestro nombre. Para evitarlo hay un sistema de bloqueo de pantalla bastante curioso basado en un patron de unir los puntos en una rejilla de 3×3.

Una vez arrancado nos encontramos con un entorno bastante limpio, con un escritorio «estilo ordenador de sobremesa» (estilo Linux con Gnome, diría yo) con una barra de tareas superior con la hora, los servicios de comunicación activos (Wifi, 3G, etc.) y las notificaciones recientes. Aquí, por ejemplo, tengo un correo electrónico pendiente de leer y un cliente de Twitter arrancado, así como una conexión por Wifi:

T-Mobile G1Al igual que en otros aspectos del móvil, esta barra es bastante engañosa, porque no todos los programas guardan ahí sus notificaciones. En el caso del Twitdroid, por ejemplo, el icono es un acceso directo al programa que tendremos allí siempre que lo dejemos inactivo, y por otro lado la mayoría de las aplicaciones no utilizan en absoluto la barra y sólo nos dan notificaciones si lo dejamos activos. Los servicios propios de Google, como Gmail, sí que utilizan activamente la barra de notificaciones, y nada más recibir correo de Gmail nos aparecerá en la barra, usando tecnología Push. Recibir mensajes de texto funciona de una manera muy parecida y de hecho, si usamos conexiones de datos regularmente, llega un momento en que uno no se da cuenta si un mensaje es un SMS o un email. Con respecto al teclado, tiene un uso bastante intuitivo, y en general es cómodo, aunque hay mucho espacio desaprovechado entre tecla y tecla. Las teclas están llenas de accesos directos, usando combinaciones con Alt y la lupa (equivalente a la tecla de windows o a la manzanita), y los caracteres internacionales aparecen al mantener apretada la tecla correspondiente. T-Mobile G1

Enlazando con las sensaciones engañosas de las que hablábamos antes, tenemos la multitarea. Después de unos días usándolo, y aún habiendo busacado información por Internet del tema, aún no tengo claro cómo funciona el programador de tareas del sistema operativo, y ni siquiera qué tareas están activas y cuáles no. Las aplicaciones, para empezar, no tienen botón ninguno de cerrado, y la manera de abandonarlas es pulsando la tecla de la casa para volver al escritorio, o la tecla de «atrás» hasta que volvamos a la pantalla o aplicación anterior.

Una vez «cerradas», las aplicaciones parecen quedarse hibernadas hasta que el sistema operativo decide reutilizar el espacio de memoria que ocupaban, de manera que según lo que hayamos hecho entre medio, puede que una aplicación rearranque desde cero, que recupere el estado anterior, o que ni tan siquiera llegue a cerrarse. En general es una buena idea porque tardamos muy poco en volver a una aplicación que acabamos de usar (por ejemplo, si decidimos enviar una URL por correo desde el navegador y luego volvemos), pero da la impresión de que estamos malgastando batería en servicios que a lo mejor no vamos a usar después.

La batería, por cierto, dura bastante poco comparado con otros teléfonos menos «inteligentes», y es normal tener que cargarla cada día si hacemos un uso estándar del móvil, y varias veces al día si estamos dale-que-te-pego con el acceso a Internet. No he podido hacer una comparativa, pero por lo que sé del iPhone creo que más o menos juegan en la misma liga.

In-ter-né

La estrella del móvil es la combinación del cliente Gmail (personalmente creo que es el mejor correo móvil que he usado) y el navegador basado en Webkit. En general se puede usar perfectamente el navegador del móvil en el día a día (yo lo he hecho esta semana), y pocas veces se echa en falta usar un sobremesa si nuestra intención es estar permanentemente conectados, y no perdernos las noticias (Google Reader, por cierto, funciona de fábula, pero Netvibes directamente ni arranca).

El renderizado es bastante bueno, y equivalente a otros navegadores basados en Webkit (nuevamente, a la espera de compararlo mano a mano con un iPhone). Esta web, por ejemplo, se ve tal que así con el nivel de zoom por defecto:

T-Mobile G1Este nivel de zoom parece adecuarse al ancho de la columna principal del texto, de manera que podemos leer los blogs estándar (dos o tres columnas, con una más ancha) directamente. Pulsando una vez sobre un párrafo, el móvil reencuadra la pantalla para que ocupe exactamente el ancho de la pantalla, y al arrastras la pantalla para movernos nos aparecen iconos de alejar o acercar, que hacen un reescalado completo de la página incluyendo las imágenes. Sobre este punto, una curiosidad: la pantalla es multitouch al igual que la del iPhone, pero no hay ni una sóla aplicacion del móvil que use esta funcionalidad. Las malas lenguas dicen que es por un problema de patentes con Apple, pero vete a saber tú si esto es verdad. Lo que el móvil pierde en usabilidad por el multitouch lo recupera con el trackball. Aunque la pantalla reacciona bastante bien a las pulsaciones, muchas veces me encuentro navegando con un nivel de unzoom bastante alto, con lo cual es difícil acertar en el botón (al menos con dedos ceporrones como los míos). En esos casos llega el trackbal al rescate, saltando de enlace en enlace (en general siempre se pasa entre zonas «calientes» de la pantalla, como enlaces, iconos o bones), y permitiéndonos hilar fino. En otras aplicaciones como los emuladores de terminal, el trackball hace las veces de cursor, pero pulsándolo conseguimos la tecla Control que nos falta en el teclado. Volviendo al navegador, yo diría que es incómodo al principio y bastante usable al final, con una curva de aprendizaje más apurada que el iPhone, y quizá podamos aplicar eso a todo el teléfono. Una vez que le cogemos el truco podemos hacer muchas cosas casi sin pensar, como gestionar las ventanas (podemos tener 6 abiertas simultáneamente) o copiar y pegar URLs entre el navegador y el resto de aplicaciones (para enviarlas por correo, añadir RSSs a nuestro lector de feeds, o suscribirnos a podcasts con la aplicación de turno, por ejemplo). Supongo que este punto es el único con el que podemos darle a los usuarios de Apple en la cara :D T-Mobile G1

Además del navegador oficial ya tenemos el Opera Mini, que renderiza las páginas en el servidor para poder navegar más rápido y con menos consumo de datos, y Steel, que incorpora un teclado en pantalla. Sólo he probado el primero, pero diría que salvo que tengamos una necesidad especial no aportan mucho a lo que ya viene de serie.

Paaaataaaataaaa

La cámara de fotos entra dentro de un «lo-mínimo-que-se-despacha»: 3 megapixels y pico (normal), autofocus (bien), absolutamente ningún control (chungo), y nada de videos (surrealista).

Os dejo unas cuantas fotos para que vosotros mismos evaluéis si los resultados son pasables o no. Yo diría que valen para subir fotos a Twitpic o para mandar un correito a los amigos para darle envidia en vacaciones, pero en ningún momento podrán sustituir a nuestra cámara, ni siquiera a la compacta de bolsillo de emergencia. Es una lástima que no haya absolutamente ningún control de la foto, ya que siendo autofocus deberíamos al menos poder cambiar el punto de enfoque (el enfoque macro, por ejemplo son una auténtica lotería, como podéis ver en las fotos), pero parece que Google está esperando que sean los usuarios los que desarrollen las funcionalidades que nos hagan falta.

T-Mobile G1Galería de fotos: Análisis T-Mobile G1

Una cosa que he echado en falta es que las fotos se geolocalicen con el GPS integrado. Cierto es que durante el día que estuve haciendo pruebas lo tiene parado casi todo el día, pero las últimas fotos las hice con el GPS puesto, y ni flores.

Linux inside

Aunque bien escondido al principio, debajo tenemos un kernel Linux estándar. Google nos da por ejemplo un emulador de terminal para acceder a una shell local, y allí podemos ejecutar una reducidísima lista de comandos como este «top»:

T-Mobile G1Al saber esto, miles de geeks descerebrados salimos corriendo a probar nuestros scripts, y a cacharrear con la shell del teléfono, pero casi cada comando que uno prueba devuelve sólo un error de privilegios, y ahí está la paradoja del móvil. Para resumir, diré que Google ha proporcionado un sistema operativo open-source, con una gestión de privilegios que no permite al usuario cargarse el teléfono, pero ha dejado a cada fabricante hacer la implementación física que quiera. HTC, para este móvil, ha seguido al pie de la letra el tema de la seguridad y ha ido actualizando el firmware del teléfono a medida que Google corregía los distintos bugs que se han ido encontrando. El resultado es que, si tu móvil te ha llegado con la última versión del sistema operativo, como es mi caso, no vas a ser capaz de escalar privilegios y convertirte en superusuario. Eso no debe ser un problema para casi cualquier usuario, pero siendo realistas somos muchos los aficionados al cacharreo que preferiríamos tener un sistema totalmente abierto (lo cual parece ir bastante más con la filosofía inicial de Android) que nos dejase decidir a nosotros hasta qué punto queremos arriesgar la usabilidad a cambio de acceder a nuevas funcionalidades. Los que parchearon su móvil a tiempo, por ejemplo, pueden acceder a versiones recompiladas del navegador que rotan la pantalla sin necesidad de sacar el teclado, o pueden enrutar el tráfico del PC hacia la red 3G del móvil vía Wifi usando un pequeño script con iptables. Los demás tendremos que esperar a que HTC decida darnos un firmware con esa funcionalidad, o bien a que alguien vuelva a romper la seguridad del teléfono y seamos nosotros los que nos fabriquemos nuestro propio entorno. En este punto creo que HTC ha cometido un gravísimo error, que Google ha querido subsanar sacando una versión para desarrolladores del móvil, completamente abierta, pero los españoles hemos sido castigados en los gastos de envío de una manera un poco difícil de comprender. Desarrollo El Android Market funciona bastante bien: llegamos, buscamos la aplicación, apilamos la descarga, y nos vamos a la siguiente, y así hasta que en un ratillo tengamos el movil bien cargadito bien cargado de programas. El móvil también gestiona las actualizaciones de aplicaciones, así que siempre estaremos al día. T-Mobile G1T-Mobile G1

El ritmo de actualizaciones, y la calidad de éstas, seguramente sería más rápido si Google no hubiera tomado la decisión de restringir el SDK al lenguaje Java. Inicialmente es una opción lógica y casi obvia para un sistema operativo con intención de multiplataforma (hay incluso rumores de un Android para portátiles), pero el rendimiento de Java es un lastre para las aplicaciones. Por poner un ejemplo, tenemos en el Android Market emuladores de sistemas de ultimísima generación como el Commodore 64, el Spectrum o la NES, pero se arrastran vilmente. Es cierto que estamos en la primera generación de software, pero que la NES sea injugable mostrando sólo una toma de cada 5 da un poco de miedito. Iguamente, hay mucho software que funciona en móviles de gamas mucho más bajas como el MAME o el ScummVM (¿se nota que me gusta el rollo retro? :P) que están programados en C/C++ y habría que rehacerlos completamente. De todas formas, no han cerrado la puerta a un SDK para otros lenguajes, y tampoco es descabellado pensar a que la comunidad lo haga por su cuenta si hay suficiente interés, pero de momento se ha cerrado la puerta a muchos tipos de software. En cualquier caso, la cosa tampoco está tan mal. Por ejemplo, gracias a que el G1 ofrece soporte de decodificacón MPEG4 por hardware, tenemos un reproductor de video bastante molón, siempre previo recodificado de los vídeos. Como curiosidad, este programa es el único que he encontrado en que la pantalla rota por sí sóla, sin tener que sacar el teclado. T-Mobile G1

Siguiendo con el tema multimedia, en el mercado tenemos aplicaciones bastante trabajadas como Tunewiki, que corrigen muchas de las carencias del reproductor musical que viene de serie, que se queda en lo simplemente correcto. Ésta parece ser la tendencia de Google, que parece que confía en el buen hacer de los usuarios para que saquen adelante su sistema operativo.

Conclusiones

Ahora mismo tenemos avalancha de móviles: al ya veterano iPhone se unen el Nokia 5800, la Blackberry Storm y este G1, principalmente. Cada uno destaca en una cosa, y ninguno es especialmente bueno o malo.

En el caso del G1 tenemos un móvil que no destaca principalmente en usabilidad, aunque tiene una buena nota, pero sí quizá en conectividad, aunque para ello nos obligue a usar los servicios de correo y calendario de Google. Aún así, los desarrolladores tienen mucho trabajo que hacer en cubrir las lagunas que Google ha ido dejando, y es que los jodíos otra vez más nos han colado un producto beta.

Así que nada… ¿iPhone o Android? Pues depende de qué millonario queráis que se forre todavía más con vuestra pasta, si el cool o los buenrolleros :-P

Sólo me queda darle la enhorabuena a los que han aguantado hasta el final. Si alguien quiere saber alguna cosa más, que no se corte en preguntar que para eso estamos.

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