El año que viví metafotográficamente (resumen del 2010)
Estos dos últimos años han sido un año de cambios para mí en muchos sentidos: laboral, personal y fotográficamente. Para bien o para mal, algún proyecto fracasado, y una desgracia personal largamente anunciada, me han dejado evolucionar en otras direcciones, y perder el miedo a dar un volantazo de cuándo en cuándo.
Puede que haya hecho menos y peores fotos que el año pasado, pero hoy me siento mucho más unido a la fotografía que el 2009.
- Proyectos que fracasan, proyectos que no fracasan…
Comencé el año con tres grandes proyectos fotográficos: un 365 que fue de mal en peor, un podcast que me ha dado grandes -enormes- alegrías, y otro que voy a trasladar al 2011.
Dicho así no suena demasiado bien, pero si no hubiera tenido esas convicciones hace doce meses, y no lo hubiera al menos intentado, cualquiera sabe de qué estaría hablando ahora. De hecho, creo que ese enero «raro» sentó las bases perfectas para lo mejor del año
- Casablanca (mi último viaje reflexivo)
Otra de esas pequeñas casualidades de la vida fue coincidir con Ángel González y su esposa Norma en un fin de semana en Casablanca.
Por un lado fue la última vez que disfruté como un enano con mi equipo reflex, abusando del 10-20 y de los HDRs, en una especie de catarsis de desintoxicación, que me acabó de preparar para pasar página y migrar a algo más apropiado para el callejeo.
Por otro, recuperé más el contacto con este monstruo (demasiados años después de las últimas kdd de Ojo Digital), y gracias a eso hemos seguido cruzando caminos en el Podcast y en el Evento Blog, por ejemplo.
- Fijándome
Así que, sin darme cuenta, cada día usaba más fijos y menos zooms, cada día usaba más blanco y negro, menos retoque y más contraste, y cada día me pesaba más la reflex en la mochila…
…tanto que, vendiendo el 10-20, y alguna cosilla más, saqué dinero para la Panasonic GF-1 con el 20mm f1.7, y fui marcando más mi compromiso con los objetivos fijos y luminosos, con las distancias cortas, y con las calles. Eso sí, al principio conviviendo con la Sony A700, que tenía tendencia enorme a permanecer acurrucada en el armario.
(que conste que no hay doble sentido con nada relativo a armarios ;))
- Adiós, mi mundo tal y como lo conozco: hola, cámara nueva
Dándole caña a la GF1, decubrí que me encantaba usarla, pero que echaba de menos los tiempos de obturación que me daba el estabilizador de mi Sony: y es que conseguir fotos movidas de día, y a mano, tiene su encanto pero también su complicación.
(la hermana de esta foto, además, tuvo su historia)
Sabía que mis vacaciones de verano no iban a ser para disfrutarlas, y Agostó pasó a trompicones, con alguna ocasión muy puntual, rota por la mitad (en más de un sentido)…
…y nuevamente pegué otro cambio fotográfico, vendiéndolo todo menos el Panasonic 20mm f1.7, que acompañó a mi nueva Olympus E-P2, ahora sí estabilizada. También cayó un Olympus 135mm f3.5, que estrené con U2 en concierto.
- Viajando: Del zoom al fijo
Más tranquilo y asentado, pude retomar algunos viajes que tenía pendientes. En un fin de semana en Bolonia y Verona, decidí usar el Olympus 14-42, por aquello de las prisas. Es una lente que ofrece más de lo que parece, pero ese viaje no me dio demasiadas alegrías, y es que debe ser que los zooms ya no me inspiran tanto como antes.
En cambio, en mi semana en Ámsterdam no lo llegué a sacar, y usé casi exclusivamente el Voigtländer Nokton 40mm f1.4 (ya sabéis, equivalente en focal y profundidad de campo a algo así como un 80mm f2.8 en 35mm).
Esperaba que me gustara, pero no que me gustara tanto, y puedo decir que ha sido posiblemente la ocasión en que he sentido una comunión más clara entre la cámara y yo.
- Bloggin’ like a pro
Este año Xataka Foto llamó a mi puerta a través de uno de esos fotógrafos y blogueros a los que siempre sigues, y no sabes hasta qué punto te conocen hasta que te mandan un mail y te dan la alegría. No sé si tuvo algo que ver el podcast, los análisis de la GF1, o que no tenían más alternativas, pero ahí estoy, dando guerra, y cada día más contento.
Desde que empecé en Septiembre, he estado en una comida de empresa con algunos de los grandes, he entrevistado a algún fotógrafo de por ahí fuera (en breve caerán los resultados), he escrito posts que han leído literalmente miles de personas, y cada día la bola es más grande y el vértigo mayor.
- 40mm everywhere
Y así llego a diciembre, metido en la fotografía, en la blogosfera, en el podcasting, y en algunos sitios más, con calzador y como elefante en cacharrería, hablando de tú a tú con algunos de mis all-time-favorites, y sin saber muy bien cómo acabará todo esto, pero cada día mas contento.
Y, en lo fotográfico, pegado al Nokton y cada día viviendo la fotografía con menos necesidades y más fotografía. Mis planes para el 2011 son ahorrar hasta poder pagar la diferencia entre lo que me den por mi equipo (manteniendo sólo el Nokton) y una Leica M8 de segunda mano, y ver hasta dónde me lleva eso
Supongo que ahora entenderéis mejor por qué hablaba de un año «metafotográfico», y es que mi forma de vivir la fotografía ha sido el reflejo público de mi día a día privado. Lo ha sido en tantos sentidos que, de hecho, mi estatus para el año 2011 es el mismo dentro y fuera de la fotografía: esperanzado, con planes -relajados- de futuro, y teniendo infinitamente más claro qué es lo imprescindible y lo necesario